Parece un tema muy pueril, y lo es, pero cualquier Español que ha estado viviendo fuera de España las ha echado de menos. No sabemos si es un complot orquestado por el lobby de los ridículos antifaces para dormir, o es simplemente una genialidad made in spain como el Chupachups, el submarino, la siesta o la fregona. Esta última también encuentra cierto rechazo fuera de nuestras fronteras.
Una vivienda española no se entiende sin persianas, aunque sean las de cuerdecilla de tu abuela la del pueblo. De todas formas, nuestros vecinos europeos nunca han descubierto las bondades de su uso, incluso ignoran su existencia. Un amigo nuestro, Mark de Bélgica nos dijo que parece que nos queremos ocultar del sol como vampiros, que nos da miedo. Pero claro, resulta comprensible dado que en su país tienen como 1.600 horas de sol (…y que sol) frente a nuestras 2.500-3.000 horas al año. Y es que la persiana es propia de países cálidos y luminosos como el nuestro.
La persiana, como su nombre indica, viene de la antigua Persia y fue un artículo importado por los franceses en tiempos de Napoleón, cuando se traían objetos exóticos de los países orientales. Las persianas de entonces eran una especie de estor con varillas que se usaban para proteger las viviendas de las horas de más calor. Una evolución de estas persianas serían las esparteras que encontramos en los pueblos andaluces, estores hechos de fibras de esparto que dejan pasar el aire, pero no la luz.

Dejando la clase de historia y volviendo al tema en cuestión, ¿quién no ha sentido pudor al ver la vivienda al completo a través de las ventanas de una planta baja en un país europeo? Esa exposición al exterior es casi imposible encontrársela en España. Y esta costumbre la llevamos arrastrando desde el siglo VIII. Al igual que la cultura de los patios, las celosías y vivir la vivienda desde el interior la cultura árabe ha dejado esa huella en la arquitectura.
Esta idea contrasta más aún con la idea calvinista de los países centroeuropeos de abrir sus casas «para demostrar la honestidad de sus huéspedes y no tener miedo a enseñar si eres pobre o rico». “Para nosotros, en Bélgica, no tener persianas (o las cortinas abiertas) busca la intención de compartir información, de decir que no tenemos nada que esconder”, explica Mark.
Nosotros, aunque tengamos un carácter más abierto y sociabilicemos mejor que nuestros vecinos del norte lo solemos hacer mas de puertas para afuera, en la calle. Pero esta concepción de ciudad mediterránea en contraste con las ciudades europeas del norte lo dejaremos para otro día, siendo un tema que nos apasiona y tiene mucha miga.
La arquitectura moderna (bajo nuestro punto de vista) no está sabiendo solucionar este tipo de cuestiones de la manera más acertada. Ante la imposición de los muros cortina y la amplitud de huecos en fachada, está en contrapartida todo el sistema de persianas y cortinas que se usan a posteriori. Y será por eso, pero en países en los que necesitan que les entre más luz no tiene reparo en poner cortinas y huecos grandes, pero en nuestro país es impensable poner huecos grandes dando a sur y protegidos solo por cortinas.

La persiana también ayuda para mejorar la eficiencia energética de las viviendas, protegiendo las estancias del calor excesivo en verano (como ya hacían los persas) y sirviendo de barrera aislante en invierno. Una práctica que se imparte en los cursos de ecología domestica es la de bajar las persianas en las horas que no hay luz en invierno para aislar más las viviendas y se calienten de forma más eficiente.
Pero volviendo al tema de la intimidad, y gracias a los grandes ventanales, encontramos artículos graciosos en los que gente denuncia a sus vecinos por exhibicionismo. ¿Acaso no puede la gente estar desnuda en su casa? Nosotros no somos muy de eso …normalmente, pero por lo menos en España la ley reconoce el derecho a la intimidad, aunque el código penal castiga el exhibicionismo cuando hay actos obscenos ante menores de edad o personas con discapacidad.

Siempre habrá ese morbo aquí y en cualquier otro país por ver lo que hace el vecino. No podemos olvidarnos de la graciosa escena del «tipo feo y desnudo» de Friends, la mítica película de Alfred Hitchcock, La ventana indiscreta (1954), o la vieja del visillo de José Mota.
Como arquitectos en Córdoba, somos muy de persianas, y estamos buscando soluciones para satisfacer a nuestros clientes tanto para los que quieran persianas como los que no. No obstante, antes de irnos es gracioso comentar el dato que en Islandia si tienen persianas como las nuestras. Y esta claro que en invierno igual las usan como hemos comentado antes (para eficiencia energética) pero en verano con 20 horas de luz resultan de vital importancia. Allí todavía no han llegado los ridículos antifaces.

Nos despedimos y prometemos volver con próximos post sobre elementos inquietantes de las viviendas como las cisternas para ahorrar agua, alcachofas de ducha o cortinillas de ganchillo. Un saludo y hasta pronto!