La revolución de los espacios de trabajo

Ya ha llegado septiembre, y desde ahora toca contar los días hasta las próximas vacaciones, vuelve la rutina y las horas en la oficina. Es muy común hoy en día que a la mayoría de las personas les provoque rechazo su espacio de trabajo. En POA Estudio nos preguntamos cómo un diseño adecuado puede ayudar a que las horas de trabajo sean más disfrutables.

El diseño de las primeras oficinas utilizó como base el modelo de producción en línea de Henry Ford, con lo que se trataba al empleado como una pieza de una cadena de montaje. El resultado de esto eran espacios amplios, con retículas de escritorios, donde se buscaba maximizar únicamente el número de máquinas de escribir que podían entrar en un espacio. Alrededor de estos espacios, y con vistas al exterior se disponían los despachos de los supervisores y altos cargos, que disfrutaban de beneficios como la luz natural o el famoso baño privado. Esta disposición se utilizó como referencia para la película El Apartamento (1966).

Con el tiempo, en busca de maneras de mejorar la productividad y dotar de mayor autonomía al trabajador, poco a poco se fueron imponiendo el modelo de cubículo, donde cada empleado dispone de un mínimo nivel de privacidad y un poco más de espacio, el mínimo necesario para poder en cierto modo decorarlo e identificarse con él. Este modelo se extendió globalmente, y a día de hoy sigue presente en muchas oficinas, pero sigue tratando al oficinista como una pieza en la cadena de producción, en la que las condiciones ambientales de su espacio de trabajo quedan relegadas a un segundo plano.

El modelo de oficina de cubículos impide que la comunicación y las ideas fluyan entre trabajadores, al mismo tiempo que genera aversión en el empleado, que percibe su oficina como el lugar al que ir por obligación, con condiciones que impiden disponer de luz o ventilación natural. Con la evolución de los flujos de trabajo, este modelo queda obsoleto.

El trabajo de hoy en día requiere de una mayor implicación intelectual y creativa, puesto que la innovación y las ideas no se pueden producir en masa, y, por tanto, son las que dan mayor ventaja competitiva a las empresas. Es por esto que el modelo de oficina se ha ido transformando poco a poco, hacia un sistema que orbita alrededor del trabajador, y la oficina ya no es una cadena de montaje, si no un laboratorio de ideas.

Este nuevo modelo requiere de nuevos espacios, donde la flexibilidad, la calidad, y la sostenibilidad son claves. Estudios recientes apuntan a que el espacio físico donde se desarrolla el trabajo tiene una gran influencia sobre el bienestar y satisfacción del empleado, y esto influye directamente sobre la productividad y la calidad del trabajo realizado, así como la forma en la que el empleado se identifica con la empresa.

Esto se percibe como una oportunidad, con lo que ya son muchas grandes empresas las que han invertido en sus instalaciones, en una revolución liderada por Silicon Valley. Cada vez aparecen más proyectos innovadores que buscan que las oficinas sean el entorno ideal en el que el trabajador se puede encontrar a gusto y desarrollar su actividad profesional.

Las nuevas oficinas se caracterizan por espacios diáfanos, donde la colaboración continua entre empleados es una constante. Esto se consigue mediante la adecuación de múltiples áreas, que incluyen espacios exteriores, espacios de reunión de diverso tamaño, zonas de aislamiento y puestos de trabajo comunes, que pueden permitir tanto una reunión improvisada como una sesión intensiva de trabajo. Se convierte entonces la oficina tradicional en algo más parecido a una cafetería, en la que los usuarios pueden disponer del mobiliario a su antojo.

En la misma dirección, se busca una mayor relación con la naturaleza, y más contacto con el exterior, es por esto que cada vez se impone más el diseño biofílico, como ya tratamos en este artículo. Junto a esto, se proponen espacios de trabajos en el exterior, que permiten una atmósfera de trabajo más relajada.

Diseño para el nuevo campus de Google en California

Además de todo lo mencionado antes, el espacio de la oficina es ya el corazón de la identidad de la empresa, el mejor lugar donde reflejar los valores de ésta. Es por esto que también es el diseño de los espacios de trabajo un reclamo para atraer y retener talento. Nuestra referencia es Google, con su nuevo proyecto de campus, diseñado conjuntamente por el estudio danés BIG y el arquitecto londinense Thomas Heatherwick.

Toda esta revolución también ha traído consigo problemas debido a un diseño que no tiene en cuenta todas las posibles situaciones. A menudo puede resultar difícil poder concentrarse cuando se comparte un espacio con muchos compañeros, o a veces una conversación privada puede derivar en una situación incómoda para el empleado, al no disponer de la intimidad necesaria. En el mismo sentido, la proliferación de elementos lúdicos (hemos llegado a ver salas de trabajo con forma de barco pirata), puede provocar que una oficina pierda un nivel mínimo de seriedad y rigurosidad, necesarios para el correcto funcionamiento de una empresa.

Hoy en día, prestar especial atención a los espacios donde desarrollamos nuestra actividad profesional resulta clave. Para poder sacar el máximo provecho de un espacio se necesita un asesoramiento profesional. Desde POA Estudio hemos realizado estudios de diseño y branding para empresas de diversas industrias, por lo que nuestra experiencia puede ser clave para maximizar el rendimiento de su empresa.

Oficinas de Uber en San Francisco. Un perfecto ejemplo de cómo crear un espacio de trabajo cómodo que mantenga la rigurosidad.

POA Estudio