
Llevamos mucho tiempo buscando un hueco para hablar sobre una simbiosis que nos apasiona aquí en el estudio. La arquitectura al fin y al cabo entra principalmente por el sentido visual y es por esta característica escenográfica que consideramos tan importante los espacios en sí, la forma de percibirlos, y no cabe duda que en el cine solo podrán ser apreciados por el sentido de la vista.
Y es que la arquitectura no deja de ser un relato cinematográfico en el que la consecución de los espacios generan una imagen secuencial y en los buenos proyectos, como en las películas, la trama no se descubre hasta que se acabe de conocer el edificio, o la película.
Dejando a un lado cuestiones evidentes profundizaremos en distintos ejemplos y casos que tanto por un punto de vista tomado por la cámara, como estilos y gráficas nos parecen interesantes. Y más aún, repasaremos grandes obras del séptimo arte.
Comenzaremos por el principio… Un poco evidente ¿no? Todo empieza con Metrópolis (1928) una película que relata el futuro desde la óptica de los años 20 en los que un de Fritz Lang toca temas que son recurrentes incluso ahora como el amor entre humanos y máquinas, la superpoblación y la pérdida de puestos de trabajo por las máquinas. Resulta increíble la propuesta de ciudad que plantea, mucho se parece a diseños de la Manhattan futurista de Harvey Wiley Corbett. Por eso siempre el cine ha sido uno de los espacios preferidos para crear utopías arquitectónicas.
Y es que la arquitectura no deja de ser un relato cinematográfico en el que la consecución de los espacios generan una imagen secuencial y en los buenos proyectos, como en las películas, la trama no se descubre hasta que se acabe de conocer el edificio, o la película.

Percepción de modernidad
Una cuestión a tener en cuenta en un principio es la percepción de arquitectura que tiene la sociedad. No encontramos mejor ejemplo para catalogarla que MON ONCLE (1958) de Jacques Tati. Este director tiene varias películas en las que la arquitectura juega un papel crucial. Ponemos la mano en el fuego que cualquier estudiante de arquitectura que se precie le han obligado a ver esta.
La película pone en crisis la modernidad llevada al extremo. Como una familia decide vivir en una casa de diseño futurista en la que los electrodomésticos funcionan solos y la pulcritud de materiales fríos agobia. Este optimismo futurista genera un contraste con la ciudad tradicional europea de los años 50. Un niño va a ser el conector de esos mundos tan dispares.
La sátira de la vivienda moderna llevada a al gran pantalla se ha filmado en otras cintas como EL GUATEQUE (1968) donde Peter Sellers no deja de descubrir nuevos artilugios de lo que parece ser una Case Study House de Los Ángeles.
La arquitectura como vehículo
En EQUILIBRIUM (2002) Se presenta un futuro en el que los sentimientos se han suprimido. La diversidad y la libertad de pensamiento es castigada. De la misma manera que hablamos en el post de Neuroarquitectura de como los espacios pueden inducir conductas y generar pensamientos y sensaciones, en este caso la arquitectura se presenta como sobria y fría, con cierto carácter opresor.

En otro Caso más reciente encontramos la saga DIVERGENTE (2014) que relata como en un futuro cercano se divide y agrupa a la gente según su personalidad y carácter. Estas agrupaciones son llamadas facciones que responden al carácter de personas similares para controlar sus aspiraciones y objetivos. En cada facción se ve claramente tanto por su vestimenta como por el tipo de arquitectura si es más humilde, más tecnológica o más ecológica. Aunque la película no deja de ser algo parecido a los Juegos del hambre, recomendamos por lo menos ver la primera de la saga.
El Quinto Elemento | 1997

Típica película de siesta que ponen en CUATRO los fines de semana, esta cinta fue un boom para su época. La estética de los 90 mezclada con elementos futuristas contrasta con arquitecturas antiguas que se asemejan a templos egipcios, algo parecido a lo que podemos ver en Stargate. Lo que más nos fascina de esta película es el apartamento de Bruce Willis, en el que con dimensiones de una caja de zapatos, cuenta con todas las necesidades de un piso, siendo la ducha y cocina escamoteable, la cama se hace sola, incluso la fachada se abre al completo para que venga el carrito volante del vendedor de perritos. De la misma forma encontramos las cápsulas de sueño del crucero interestelar, todo al más puro estilo de los apartamentos de Nakagin que vimos en el post MINICASAS.
Æon Flux | 2005

Esta película, lejos de ser una obra maestra, usa el espacio arquitectónico como guía para las escenas de lucha. Dibuja los trazos de las edificaciones con el transito de los personajes y con el reguero de cadáveres que deja Charlize Theron. La película, al venir de un comic requiere de cierto dramatismo en las escenas de acción y al usar la arquitectura como lienzo consiguen, a nuestro parecer, lo que muchas otras películas del estilo (Residen Evil o Blade por ejemplo) no consiguen. Pero repetimos, la película es mala.
Batman

Aunque en trama y profundidad de personajes, no hablemos de los diálogos (“Muere siendo un héroe o vive lo suficiente para convertirte en villano”) la saga de Christofer Nolan es la mejor, no podemos omitir en este post las cuatro películas anteriores.
Imprimiendo el carácter del director (Tim Burton) tanto en los vestuarios, las escenas y el guión, la escenografía no se queda atrás. Su imaginación y gusto por el detalle evoca a los inicios de la saga en la que los más fans de Batman recordarán la serie de dibujos animados y la serie de carne y hueso de los 60. La estética lúgubre y oscura de los 60 con sus coches y edificios sirven de lienzo en una trama en la que la ostentación de la riqueza de los Wayne, la decadencia de los callejones de Gotham y los intrincados pasadizos de la Bat-cueva cobran vida y amplifican la atmósfera del la saga.

La reinterpretación de un gótico moderno con ciertos ápices de art-nuveau ayudan a que los villanos como el Joker de Jack Nicholson, el pingüino de Danny Devito y posteriormente Uma Thruman y Schwazenegger entre otros den rotundidad a los personajes que acompañan sus guaridas con su vestimenta.
Esperamos haberos dejado con ganas de ver alguna de las películas antes nombradas. En una próxima edición hablaremos de otras películas y directores que nos fascinan y de las que podréis sacar referencias para vuestros proyectos, o por lo menos una recomendación cinematográfica para el fin de semana.
Un saludo y que la arquitectura os acompañe.